Es un rugido que atrona, que libera, que celebra, que intimida. Es un bufido que marca el terreno, que apuntala la conquista, que valora la embestida contra el adversario. Es un grito que señala el punto de inflexión de un enfrentamiento intenso entre las dos mejores parejas de la segunda Prueba del Circuito Provincial de Pádel de la FAP en Málaga. Es Cayetano Rocafort que festeja el primer break (5-3) con su compañero, Fran Tobaria, tras haber vivido en el alambre durante el primer tramo del encuentro.
Sus rivales, Sergio Contreras y Héctor Perona desaprovechan en el inicio hasta cinco oportunidades de romperles el servicio. Ahora se lamentan de las ocasiones perdidas, se duelen del golpe encajado.
Atrás queda su impecable recorrido por el exigente cuadro, todo victorias, ni un set en contra. La experimentada pareja se impone con contundencia en el debut a Daniel Salcedo y Manu Fernández (6-0 y 6-4). Se deshacen después de Jesús Marquet y Diego Lozano (6-2 y 7-6), y sufren en semifinales para vencer a Willy Ruiz y Fermín Novillo (6-4 y 7-6).
Por el otro lado, Cayetano Rocafort y Fran Tobaria realizan su recorrido con la misma autoridad. Victoria en el estreno ante Alberto Rosell y Pierre Lamoure (6-4 y 6-2), que encuentra continuidad con el triunfo en cuartos de final frente a Javi Bravo (que reaparece tras su convalecencia) y Pablo Herrera (6-1 y 6-4). En semifinales, Fran y Cayetano no tienen problemas para apear a Richi Alcántara y Juanma Fernández (6-2 y 6-1).
Ahora, confrontan sus estilos en el último reto del cuadro. Cuatro horas antes, un aguacero imprevisto, inesperado, fugaz, cae sobre las pistas del club Calderón. Llegado el momento, sin embargo, el sol recibe a estos cuatro gladiadores. Un espejismo, en realidad, que dura poco. Lo que tarda el viento, que sopla con virulencia, en alicatar de nubes el cielo para volver sombrío el ambiente.
Abajo, sobre el verde, Tobaria y Rocafort desatan el vendaval de su pádel tras anotarse ese break en el octavo. Hasta ahí, son Perona y Contreras los que modelan el juego para abrirse camino hacia la gloria. Lo hacen con firmeza al saque y consistencia y agresividad al resto. El sevillano, astuto, rompe el ritmo de sus contrincantes con globos estratosféricos que buscan la complicidad del viento. Funciona bien al principio, mientras genera dudas al otro lado de la red.
En el tercer juego, dos errores de Cayetano y uno de Tobaria a punto están de costarles caro. Son tres fallos que conceden a sus adversarios tres oportunidades de rotura al servicio del joven jugador marbellí. La pegada de Fran y una magnífica volea de Rocafort evitan el traspié (2-1).
Sin embargo, el de Nueva Alcántara y el de Middle Moon vuelven a asomarse al abismo en el quinto. Primero es una dejada fallida de Tobaria la que pone en riesgo su propio servicio. Cayetano soluciona el entuerto con una volea afilada desde la cinta que no levanta Héctor. Después, es Perona el que abre una nueva oportunidad para romper el saque rival con una volea en paralelo. Su compañero, Contreras, no aprovecha la ocasión al dejar en la red una derecha.
Respiran Tobaria y Rocafort cuando el primero se trae la bola con un descomunal remate que cierra el 3-2. Con esas nuevas dos pelotas de break salvadas, cambia la inclinación del partido. Cayetano y Fran hacen millas en el fondo, buscan la red con determinación, levantan el muro en la cinta. Aflojan sus contrincantes. Fran falla la primera de las dos ocasiones que tiene en el octavo para romper el saque de Perona. Rocafort, sin embargo, acierta con la segunda. Él y Contreras se retan en paralelo. Cara a cara. Repiten el duelo de hace una semana en Pinos del Limonar. Volean uno contra el otro a un palmo. Sin piedad. A pecho descubierto. Sin concesiones. Es un duelo a muerte. Cae el de Wilson, ruge el de Babolat (5-3) con el break.
La malla lateral ayuda a echar el telón del primer set después de que Cayetano y Tobaria gobiernen desde la red con mano firme, abran ángulos con la volea, aprieten a sus adversarios contra el fondo. (6-3).
Tobaria y Rocafort, imparables
La ventaja impulsa a los vencedores del primer acto. Perona y Contreras lo saben. El sevillano ralentiza el partido. Detiene el tiempo. Busca interrumpir la continuidad del juego rival entre punto y punto. Contreras suelta el brazo. Apunta al paralelo. Regala un catálogo de remates imprevisibles, prodigiosos que sacan la bola por tres metros. Así salva la ocasión de break de que disponen sus oponentes en el primero del segundo set. ¡Vamos!, se crece el jugador. Le secunda Héctor con una fabulosa bajada de pared que acuesta la bola en el fondo del campo contrario (0-1).
Crece la tensión del encuentro. Se nota en cada punto. Se advierte en cada gesto. Ambas parejas se enzarzan en una discusión sobre una acción del juego. Perona devuelve un remate de Tobaria. Cayetano detiene el intercambio cuando sus rivales están a punto de rematar el tanto. Acusa al sevillano de tocar la red. Contreras refuta la queja. La repetición del punto aplaca el debate pero no reduce la presión del momento. Sergio y Héctor a punto están de aprovecharlo con una ocasión de break al saque de Tobaria que resuelve el propio jugador con potencia mediante la volea.
De nuevo, Perona y Contreras desperdician la oportunidad de tomar distancia. Otra vez, sus adversarios no dejan pasar la suya. Ocurre en el quinto juego al servicio de Sergio. Tobaria se multiplica en el fondo, tapa en la red y pega con el alma en cada punto. Con dos bolas de break en contra, Contreras intenta recurrir a su pegada, en paralelo, para resolver por la vía rápida. Esta vez, sin embargo, su remate no vuela lo suficiente. Fran se teletransporta, aparece junto a la red y saca por cuatro metros la pelota. ¡Vamos!, celebra su compañero esta rotura de saque con los puños apretados (3-2).
La brecha abierta desconecta a Héctor y Sergio que en el sexto conceden hasta cuatro pelotas de break. Emerge Contreras. Coge el mando y evita otra rotura. Otro remate por tres acaba con la amenaza (4-3). Pero Tobaria y Cayetano están imparables. El marbellí sostiene la carga de sus contrincantes que inclinan el campo hacia él. Se revuelve firme, sólido, brillante. A su lado, Tobaria es un coloso que barre cada palmo de la pista. Sin fisuras, ambos se anotan el penúltimo (5-3) y se preparan para el cierre.
Llega con el saque de Perona. El sevillano es quien tira un globo fuera que acaba con la final y entrega la victoria a sus oponentes (6-3).