Repiten los mismos protagonistas sobre la pista. Cambia, sin embargo, el escenario y, por supuesto, el guión del encuentro. Nada ver con el único precedente, la final del II Torneo de Pádel Paneque que tuvo lugar en el Centro Deportivo El Cónsul el 28 de octubre de 2012, un partido intenso, lleno de emoción y alternativas, que cayó del lado de la pareja de estreno, Javier Bravo y Pablo Herrera (6-3, 2-6 y 6-3).
Esta vez, sin embargo, en la final de 1ª masculina del I Open de Pádel Ground en el club Pinos del Limonar, el relato es bien diferente, aunque comienza de forma idéntica. Fran Tobaria y Willy Ruiz, que juega en su club, arrollan de inicio. Lo hacen a un ritmo de vértigo. Les ayuda el titubeante arranque de sus adversarios, les sirve para lograr el break en el primer juego al saque de Herrera.
Deslumbra Tobaria en este comienzo. Imponente en la red, el jugador de Middle Moon se muestra infranqueable para sus oponentes. Cierra él mismo la rotura con una dejada mágica (0-1).
El acelerón pilla a Javi y Pablo con el paso cambiado. El golpe, sin embargo, les mete en el partido. A punto están, incluso, de devolver el break, pero desperdician la ocasión en el siguiente juego, con saque de Willy. Es de nuevo Francis Tobaria quien tira de chistera para resolver la situación. De espaldas a sus rivales que habían ocupado la red, se inventa un golpe por encima de la cabeza, absolutamente inesperado para Bravo y Herrera que ven cómo les atraviesa por el centro. Finalmente, el propio Tobaria, después de un globo errado por Bravo, cierra el juego a su favor con un amago de remate al que no llega Pablo (0-2).

Willy y Fran mandan con firmeza en el partido. No sólo no cometen errores sino que, además, aciertan en la elección de cada golpe, le dan al partido lo que necesita en cada instante. Así, casi sentencian el primer set en el tercer juego cuando disponen de dos bolas de break al saque de Javi. La amenaza, sin embargo, despierta el pádel consistente, hermético, de Javier y Pablo, que salvan las dos ocasiones de rotura y se anotan el juego (1-2).
A partir de ahí, se nivela el encuentro. Pablo Herrera y Javi Bravo dan un paso al frente. Buscan el cielo por el lado de Willy, empujan a sus rivales hacia atrás, aprietan el brazo en la red. Se activa de manera prodigiosa Javi. El jugador de Padelenlared.com encuentra el hueco en la pista, amplía su radio de acción y empieza a dictar el ritmo. No cede ni un milímetro ante las embestidas de sus adversarios. Vuela una y otra vez a por la bola para mantener la posición en la cinta. Desde allí, sí, él y Pablo hacen daño.
Willy y Fran mantienen el colchón de un break pero ya empiezan a sufrir atrás. Al jugador de Wilson le cuesta un mundo mantener su saque en el sexto juego (2-4), mientras que sus rivales se anotan en blanco el séptimo anticipando su ofensiva al resto. ¡Vamos a sacarlo! grita Willy a Tobaria con un 0-40 al saque del propio Fran. Es un intento de motivación que se queda en un mero deseo. La firmeza de sus rivales, su consistencia y agresividad han cambiado el retrato del partido. Una volea de Tobaria que se queda en la red confirma el break y devuelve la igualdad (4-4). ¡Vamos a romper aquí!, responde Francis ante el cambio de tendencia que ha adquirido el juego.

Juega Bravo sus mejores momentos. Herrera, en el revés, se muestra también impecable. La instantánea del encuentro recuerda mucho a la final de El Cónsul. Willy y Francis saben que así sólo pueden esperar su ejecución.
Duelo cara a cara
Dos grandes diferencias, sin embargo, esconde esta final respecto a la anterior. Willy y Fran están físicamente enteros (en el del El Cónsul habían simultaneado la competición con el Campeonato de Andalucía Absoluto), y además, tienen un plan con la lección bien aprendida.
Por eso, dan un paso al frente. Se citan en la red con sus oponentes. Se retan en duelos de vértigo. Cara a cara. Pala a pala. A ver quién recula primero. Las vías de entrada en cada pareja son las alturas de Javi y Willy, respectivamente. El partido es trepidante, hermoso. Poco a poco, Ruiz de la Herrán impone su clase. Apura por alto para no ceder metros y mantiene atrás a Pablo. Tobaria, en la red, es un coloso. Atento al cruce, vigoroso con la volea, eléctrico en el juego. Así consigue un break crucial en el undécimo con servicio de Javi. Ruge el potente jugador con el puño cerrado hacia la grada (donde presencia el partido su padre) tras cerrar la rotura con una frenética serie de voleas que desarma a los contrarios (5-6).
Precisamente, Francis es quien sirve para acabar con el primer acto. Y aunque un amenazante 0-30 añade incertidumbre a su propósito, finalmente bajan el telón de la primera manga. ¡Toqué, toqué!, reconoce Javi Bravo en la última bola del set, cuando rozó la red al tratar de devolver un remate de Willy que no voló lo suficiente. El gesto, por cierto, retrata la honestidad de este jugador formidable (5-7).

El segundo set descubre que la rotura en el undécimo juego del primero escondía algo más que una puerta para ganar el primer capítulo. La reanudación ofrece un escenario muy distinto. La consistencia de Bravo y Herrera ha mermado. Sus rivales vuelan. Su respuesta, en cambio, no está ya al mismo nivel. Dos bolas de break desperdician Tobaria y Willy antes de lograr la rotura al servicio de Pablo Herrera en el saque inicial del segundo set (0-1).
Otra vez cuesta arriba para Javi y su compañero que, sin embargo, no manejan los mismos argumentos. Cae el estratosférico nivel de Bravo y la pareja se resiente. ¡Javi, entramos de nuevo!, anima Pablo, ya con 0-4 en el marcador, y una serie de errores por parte de ambos que lastran cualquier capacidad de reacción. Willy y Fran reducen los espacios y aprietan de lo lindo. Han olido la sangre y no quieren dejar escapar a la presa.
Apenas una ocasión tienen Pablo y Javi de revolverse en las fauces de sus depredadores. Les llega tarde (con 0-5), al saque de Ruiz de la Herrán, y tampoco la aprovechan (es el propio Willy quien desbarata la ocasión).
El rosco (0-6) con el que se cierra el segundo set refleja la brecha abierta en el juego entre unos y otros.
Pese a ello, la tarjeta de presentación de Bravo y Herrera es inmejorable. Dos finales de 1ª, una de ellas con victoria, en las dos comparecencias que han tenido juntos; además, en esta de Pinos del Limonar, eliminando en dos sets a otra de las parejas favoritas, la formada por Sergio Contreras y Sergio Beracierto.
