La final femenina del Cervezas Victoria Córdoba Open 2019 es algo más que un duelo por el título. La entrega de las dos parejas, la determinación de las cuatro mujeres, el nivel de juego que muestran desde la primera pelota convierte el primer tramo del último partido de la temporada regular 2019 en una reivindicación del pádel femenino.
El pulso es vibrante, sobre todo de inicio. Son las dos duplas que mejor defienden, cara a cara.
Las números uno, con la corona ya en propiedad, dispuestas a celebrar su conquista con el séptimo título del curso.
Al otro lado, la pareja 5 busca derribar una barrera que les atormenta desde abril de 2016: ganar un título.
Final femenina WPT Córdoba Open 2019
Esa confrontación de aspiraciones deriva en un espectáculo sublime. Cada punto, desde el primero, es una batalla dramática que radiografía bien la situación de cada pareja esta temporada.
Las Martas son graníticas atrás y poderosas arriba. Patty y Eli le han añadido a su infatigable resistencia, un atrevimiento posicional que incrementa su amenaza en la red.
Así, el inicio del partido es un intercambio de golpes fabuloso que hace añicos los primeros servicios. Ninguna de las dos duplas consigue imponer su saque que sucumbe a pugnas kilométricas. Se producen los tres primeros break de manera consecutiva (1-2) y cuando está a punto de llegar el cuarto, cuando Llaguno y Amatriain se procuran hasta cuatro opciones para romper el servicio de Martita, esta y Marrero se agarran como sólo ellas saben hacerlo y resisten el empuje para empezar a desequilibrar la final (1-3).
Ahí empieza a romperse el marcador, embustero cronista hoy de este partido, pero el duelo permanece intacto. Porque el juego sigue siendo un enfrentamiento portentoso en el que Patty y Eli mantienen su ofensiva. De hecho, acabarán el set con 8 oportunidades de break pero sólo habrán conseguido transformar una.
Ahí, en el acierto, está una de las claves de este partido. La otra tiene nombre propio: Marta Ortega.
La madrileña protagoniza una actuación sublime; en realidad, todo su torneo lo es. Agita a Eli en el cruzado sin descanso, la retira de la red y no descuida a su rival en el paralelo. De nuevo, Marrero emerge sobre ese sostén táctico para imponer su potencia. Pero Martita, además, también encuentra espacio para asomarse a la cinta y mostrarse decisiva.
Superadas las bolas de rotura en el sexto, el saque de Marrero da pie a una racha imponente que despeña definitivamente a sus contrarias. Desde ese 2-4, Amatriain y Llaguno ya no volverán a anotarse ni un sólo juego en todo el partido. Y no será porque no se trabajen las oportunidades. Con su propio servicio y también al resto (terminan el partido con 13 bolas de break y sólo una transformada), pero no pueden aprovechar ninguna. Mérito indiscutible de sus rivales.
Las Martas exhiben sus credenciales, aquello que las ha hecho reinar esta temporada, las fortalezas que las han impulsado hasta la cima del pádel mundial y que las han coronado en este 2019 sin discusión.
Al otro lado, la historia de Patty y Eli en esta final es, en verdad, el relato de su temporada. Porque, pese a la cruel contundencia del marcador final (6-2 y 6-0), nunca dejan de intentarlo y siempre están cerca de conseguirlo. Molestias físicas, golpes que hielan el corazón (lo de Patty en este torneo ha sido una calamidad), cintas que caen esta vez del mismo lado… No hay ni un reproche a todo ello sino más coraje, más pundonor, más esperanza: Patty y Eli.
Así ha sido toda la temporada y así les ocurre también en este último torneo regular. En el banco, Neki Berwig, el faro espiritual de esta pareja, libera una sonrisa cuando sus pupilas hacen lo imposible pero ni aún así consiguen aprovechar una de las opciones de rotura de que disponen. Es un gesto el de la coach brasileña que combina orgullo y también cierta compasión, mientras la grada, de espaldas al marcador, corea el nombre de sus jugadoras entregándole la única conquista que han logrado pero la que con más orgullo pueden exhibir: el reconocimiento. Su ejemplo es el mayor triunfo.
Pero la victoria deportiva cae del lado de Las Martas. Se imponen porque son mejores. Las mejores todo el año. Conquistan su séptimo título y, ahora sí, por fin, las emociones contenidas destrozan esa titánica coraza que ocultaba su lado más humano.
El circuito femenino ya tiene reinas. Ahora sólo le queda encontrar a sus Maestras de 2019.