La final del Madrid WOpen 2018 es un auténtico partidazo repleto de matices interesantes. Se miden las parejas 1 y 3 del ranking en busca de coronarse en el primer torneo exclusivamente femenino de World Padel Tour.
Final Madrid WOpen 2018
Las gemelas Sánchez Alayeto persiguen su sexto entorchado de la temporada. Lo hacen, sin embargo, lastradas por las molestias que desde hace semanas sufre Mapi en su hombro derecho.
Alejandra Salazar y Marta Marrero van a por su tercer título WPT de 2018, una vez dejada atrás la lesión de rodilla de la madrileña y su lenta recuperación.
Salazar y Marrero gobiernan con autoridad
El duelo presenta un patrón reconocible. El que imponen desde el inicio Salazar y Marrero que agitan a Mapi y miden su estado. Por ahí encuentran la vía de escape al empuje de las zaragozanas y el atajo hacia la cinta.
El break en el tercer juego confirma la apuesta. La madrileña de Head juega en casa. No sólo en su tierra sino también en su centro de entrenamiento, Reebok Sports Club La Finca. Suyo es el dictado que atormenta a sus contrarias mientras Marrero, inmensa, emerge firme en la red para decidir.
En el séptimo, una nueva rotura desnivela definitivamente un set que cierran Ale y Marta con saque propio (6-2).
La resiliencia de las gemelas
Tras ello, el segundo acto presente un oscuro panorama para las número uno, muy incómodas sobre la moqueta.
Aunque parezca una cuestión menor, la dolencia de Mapi en el hombro tiene una incidencia capital en el juego de las gemelas, muy condicionado todo el encuentro.
No es sólo que su opción de pegada quede anulada. Un aspecto ya de por sí vital en el padel de estas dos hermanas. Hay mucho más.
El arrebato ofensivo de las Sánchez Alayeto se sustenta en su capacidad de sostener la red con transiciones eléctricas y víboras que disuaden a sus contrarias de ganar metros hacia la cinta. La lesión de Mapi les vuelve más permeables en la red. Le quita filo a los envíos aéreos de la jugadora de Star Vie y le impide ejecutarlos desde muy atrás o con repetirlos con la frecuencia necesaria.
Esta situación tiene consecuencias evidentes. La limitación por arriba obliga a las aragonesas a trabajar en posiciones defensivas mucho más de lo habitual. Para impedirlo, Majo se multiplica en la pista para descargar a su hermana y tratar de mantenerse arriba. Y estos movimientos descubren espacios que Salazar y Marrero tratan de aprovechar para llevar la iniciativa.
La empresa, por tanto, es suficientemente complicada como para hacer descabalgar a cualquier pareja. Pero estas dos hermanas han demostrado una fortaleza encomiable no sólo para resistirse a la adversidad sino para sobreponerse y levantarse tras cada caída. Resiliencia.
No se explican de otra manera las cinco conquistan que lucen esta temporada en su palmarés. No hay que olvidar que en los tres primeros torneos no sólo no tocaron metal sino que, en el tercero, sufrieron en su propia casa una desgarradora derrota después de tener seis bolas de partido para encumbrarse ante su gente por primera vez.
Pero se levantaron de todo ello. Lo hicieron como saben. Apretando los dientes, creyendo en su estilo y siendo valientes. Siempre.
Y en esta final del Madrid WOpen 2018, ante una grada llena, repiten la receta. Mapi y Majo desdeñan las excusas y buscan argumentos. Por eso, no se descuelgan en el segundo set. Se agarran a la pista, agitan las piernas y miran de frente a dos rivales portentosas.
El juego se equilibra. La derecha de Salazar causa estragos. La movilidad de Marrero es un tormento. Mapi sufre pero trabaja. Y Majo crece desde el revés. Su esfuerzo impresiona, conmueve. No sólo se despliega sobre la alfombra más allá de su cuadro. También rescata a su hermana cuando las tinieblas envuelven su ánimo.
Las gemelas se adaptan, le dan palique al juego y tratan de que Majo tome las riendas. Se asoman varias veces al abismo pero logran esquivarlo hasta que, al fin, en el décimo juego, encuentran la rendija para amarrar el set (4-6).
Ale y Marta aprovechan la ocasión
La batalla en el tercero se recrudece. Las gemelas padecen por alto. El lastre de Ale y Marta, en cambio, está en las piernas. Les amenaza el peaje físico de la tremenda semifinal disputada contra Lucía Sainz y Gemma Triay.
Un break en el tercer juego las acerca a la gloria. Pero responden sus rivales con una rotura que equilibra el marcador.
Mapi y Majo no sólo pugnan contra dos temibles oponentes. Lo hacen además contra sus propios demonios. Aprisionadas entre lo que quieren ser y lo que hoy pueden ser. Los fallos consumen su ánimo, sobre todo el de Mapi, decisiva tantas veces, confinada hoy a un rol de meritoria por una maldita lesión.
En el séptimo juego llega el punto de inflexión decisivo. Salazar y Marrero vuelven a conquistar el saque contrario. Esta vez es definitivo y les eleva hasta la primera corona del Madrid WOpen (6-2, 4-6 y 6-4).
El título es para Alejandra y Marta que, como en Lugo, vuelven a derrotar a las número uno y suman ya tres trofeos World Padel Tour en 2018. Tantos como la pareja número dos.
La derrota es para las gemelas Sánchez Alayeto que se quedan sin el sexto. Su victoria está en su capacidad de competir contra la adversidad hasta el último instante.
El éxito es para el padel femenino, triunfal tras una exhibición de óptima salud en su primer torneo profesional exclusivo de la era World Padel Tour. El desafío ahora es ir más allá del gesto.