Su pelo aún desvela una ducha reciente. En su mano sostiene un tupper cerrado con yogur y fruta en su interior. Es imposición de su nutricionista, Perico Pérez Frías, tras una exigente sesión de entrenamiento de dos horas. Encuentra tiempo para atender a Padelazo.com antes de afrontar su siguiente responsabilidad: una clase de química.
Su día a día es frenético pero Bea González, a sus 17 años, está acostumbrada a gestionar el vértigo. Una constante en la carrera de quien siempre ha ido varios pasos por delante.
La malagueña apura ya las horas para debutar en la primera prueba de la temporada 2019 de World Padel Tour.
Tiene ganas pero no prisa. Es la clave de su éxito, la receta que le han ofrecido sus padres desde que a los 8 años se probó en una pista de padel. Ahí comenzó una meteórica trayectoria que le ha llevado, de momento, a convertirse en la jugadora revelación del circuito profesional tras un año en el que disputó hasta tres semifinales de pruebas grandes.
“Tengo muchísimas ganas de empezar ya”, reconoce la perla de Star Vie que no se recrea en lo conseguido. No lo ha hecho nunca. “Esto me ha dado más confianza a la hora de entrenar, a la hora de jugar los partidos, de pensar lo que tenemos que hacer”, explica Bea que se prepara a conciencia para el primer torneo.
“Estamos haciendo una pretemporada muy intensa, dándole mucha caña física porque, al final, el físico que cojamos ahora es el que vamos a tener toda la temporada”, apunta la jugadora que se machaca en Málaga con su preparador Antonio Portillo.
De la parte técnica y táctica se ocupan en su tierra José Luis Gutiérrez Guti (recién nombrado seleccionador nacional de Menores por la FEP), Pablo Herrera y José Solano. Aunque no faltan los viajes a Madrid para entrenar junto a su compañera Cata Tenorio. “Tenemos un nuevo coach, Santi Lataire (fue sparring fijo de Cata durante todo 2018)”, con quien trabajan el acoplamiento de una dupla que repite unida.
“Tenemos un proyecto muy bonito y quería seguir con ella pasara lo que pasara”. La malagueña lo tiene claro y sólo expresa palabras de elogio y agradecimiento hacia la argentina. “Me ayudó un montón desde el primer momento; me ha tratado muy bien; estoy aprendiendo muchas cosas con ella”.
La de Paraná, acostumbrada a mejorar el rendimiento de sus compañeras, es una una guía para Bea dentro y fuera de la pista.”Cata es una profesional diez. Todo lo hace como hay que hacerlo. Me ha dado mucho orden jugando. Es muy competitiva, le echa mucho corazón”.
Hace unos días, la nieta de Antonio González Chuzo (quien fuera jugador del Málaga CD y del Atlético de Madrid) fue una de las grandes protagonistas de la gala de presentación de la nueva temporada de World Padel Tour al recibir el Premio a la Jugadora Revelación de 2018.
Tres semifinales (Jaén, Mijas y Lugo) y ocho cuartos de final en pruebas (unido a dos finales en dos Challenger) la elevaron por encima del resto de candidatas. Por todo ello, parte en la 13ª posición del ranking (formando pareja 7), con tantas ganas como prudencia.
“Lo del año pasado me ha servido para quitarme las inseguridades que tenía, para verme contra las mejores parejas”, reconoce Bea que perfila su disposición mental con el psicólogo Fernando González. “Este año sé que estoy ahí y porque le hemos hecho partido a casi todas las parejas de arriba”.
Entonces, ¿sueña con su primera final WPT este año? “¿Por qué no?” responde la jugadora. “Podemos hacer un buen torneo, hacer daño y meternos en la final”, explica la de Star Vie que tiene clara la exigencia que ello supone. “En una final te puede tocar la misma pareja que en cuartos del siguiente torneo. De cuartos a la final son tres partidos casi igual de duros”.
Después de tres semifinales, Bea, en efecto, tiene licencia para soñar con una final. Del mismo modo que también tiene presente el riesgo de perder en el primer partido de cualquier torneo. “También hay que prepararse para eso. Está clarísimo que puede pasar”.
Lo tiene interiorizado la de Málaga. El brillo de 2018 no oculta la estadística. Disputó 82 partidos y perdió casi la mitad (40 derrotas y 42 triunfos). “El año pasado perdimos un par de veces en primera ronda y en otras estuvimos a punto. Todo está muy igualado. Todas las parejas pueden ganar”, apunta Bea. “Son derrotas duras pero son las que te hacen espabilar”.
Procurará que en Marbella no le ocurra. Debuta el miércoles por partida doble. En el torneo y en una prueba del circuito en Marbella. En 2014, el único precedente, Bea tenía 12 años y era una espectadora más. “Recuerdo el torneo de Marbella porque siempre iba a verlo con mi familia. Ahora jugar aquí es increíble”.
A las 18h se medirá en su primer partido a Raquel Piltcher y a Nuria Rovira. La catalana ya la puso contra las cuerdas el pasado año en su propia tierra. Fue en los octavos de final del Open de Mijas. Avisada está la de Star Vie.
Horas quedan, por tanto, para que la malagueña estrene su cuarta temporada en la élite y lo haga, además, en casa. Antes de eso, sin embargo, tiene retos pendientes a los que enfrentarse: algunos exámenes en su instituto. Es la rutina de quien no tiene prisa.