Tardaron muy poco en comprender que su tránsito hasta el título en la final femenina del Adeslas Open 2020 iba a ser un campo de minas.
Por más que, desde el inicio, las gemelas Sánchez Alayeto se entregasen a la tarea de intentar mandar desde la red, la resistencia con la que se toparon al otro lado resultó asfixiante para ellas.
Martita Ortega y Bea González buscaban su segundo título del curso en su segunda final consecutiva. Y despacharon un encuentro soberbio que demandó lo mejor de sus contrarias. Mapi y Majo aceptaron el desafío.
Final femenina Adeslas Open 2020
El duelo por el título en el Adeslas Open confrontaba dos aspiraciones bien distintas.
La pareja 3, dos jóvenes de 18 y 23 años, buscaba su segundo entorchado consecutivo. Enfrente, dos hermanas que han dominado el circuito World Padel Tour durante años, perseguían estrenar un palmarés en blanco desde el Open de Menorca del pasado año.
Bea y Martita habían fulminado a Patty y Eli en cuartos con mucha autoridad (6-3 y 6-4), y a Las AS en semis en una remontada fabulosa (4-6, 7-5 y 7-6) para poder llegar a su segunda final.
Las hermanas, por su parte, dejaron atrás a Marrero y Josemaría el viernes (4-6, 6-3 y 6-3), y a Gemma y Lucía ayer sábado (6-7, 6-3 y 6-2). Lo hicieron, además, a través de dos trabajadas remontadas. En la final, les iba a tocar hacerlo de nuevo.

Bea y Martita neutralizaron a las gemelas de inicio
Desde el inicio, cada duplo mostró sus credenciales. Las gemelas se abalanzaron sobre la cinta para tratar de imponer su intensidad. Pero la capacidad defensiva de Marta y Bea hizo inútil la ofensiva. Mapi y Majo trataron de dominar desde la cinta. Resultó un espejismo. En realidad, fueron dominadas desde atrás.
Las de Pozzoni se manejaron con una brillantez admirable. Martita fue infalible, ofreció un recital de fiabilidad y consistencia mientras, a su lado, Bea era un auténtico tormento para sus contrarias.
Las dos jóvenes jugadoras pusieron en aprietos cada uno de los saques de sus rivales desde el inicio del primer set hasta que lograron el break en el noveno juego al servicio de Mapi.
La brecha fue suficiente para que las últimas campeonas se hicieran con el set (4-6).
Hasta ese momento, el despliegue de las gemelas había sido infructuoso. Marta Ortega era infranqueable. Y no solo. La madrileña juega con un sentido táctico encomiable; le da a cada jugada lo que necesita y huye de aventuras innecesarias. Para eso está su compañera Bea que, sobre este sólido trazo de la de Adidas, se descuelga del fondo con facilidad, achica espacios con atrevimiento y flota sobre la cinta para liquidar a sus rivales.
El saldo de la propuesta fue impecable en el primer acto. Apenas 4 errores no forzados (frente a los 17 de las hermanas) y 13 winners (por 9 de las Alayeto) explicaban la ligera superioridad de Bea y Marta hasta ese instante.
El escenario, ya de por sí adverso, se tornó muy complicado para las de Nox cuando sus rivales asaltaron su servicio en el tercer juego de la segunda manga (1-2).
Pero todo cambió a partir de ahí.

Majo reacciona a lo grande
Al término de la final, la organización distinguió a Mapi como la mejor jugadora del encuentro. Difícil elección en un deporte de parejas por más que la jugadora hiciera méritos sosteniendo un enorme volumen de juego. Sin embargo, la radiografía del duelo cambió, en verdad, de la mano de su hermana Majo. Fue ella quien, en los peores momentos, abanderó el arrebato y soltó el brazo cuando tuvo ocasión.
Así devolvieron la rotura y, de esa forma, encontraron el break para coger ventaja (4-2). Aunque Bea y Martita recuperaron lo perdido (4-4), esa ofensiva cambió el partido. Mapi le cogió el hilo al encuentro, se remangó y se puso a darle palique a Martita en el cruzado sin descuidar los avances de Beíta. La hermana de la derecha acabó firmando un torneo espléndido.
Con todo igualado, en el décimo, al saque de Ortega, las gemelas Alayeto amarraron el segundo set desde el resto (6-4).
Las zaragozanas, con el libreto de Jorge Martínez en el banco, habían encontrado ya la hoja de ruta para asaltar la final. El trazo grueso lo dirigían a Martita. La agitaban en su esquina, la hacían correr y, al tiempo, procuraban que Bea no cogiera metros. Esto era fundamental para sus aspiraciones aunque muy complicado de ejecutar. La malagueña es un diablo que no da tregua alguna.
Pero las de Nox se pusieron a ello con una determinación plena y arrancaron con ventaja el segundo parcial (2-0). Les duró poco. La actuación de Bea y Martita fue espléndida durante todo el partido. No aflojaron en ningún momento por más complicadas que estuvieran las cosas. De hecho, tras reponerse del quiebre inicial, se despejaron el camino con una rotura en el séptimo que les dejó en una situación inmejorable para llegar a meta (3-4). Aquello fue lo más cerca que iban a estar de la victoria.
La reacción de las gemelas estuvo a la altura de su prestigio. La pareja que ha liderado el ranking en 4 de las 7 temporadas de la era World Padel tour, la dupla que ha izado a lo más alto la bandera del nuevo pádel femenino cuando éste empezaba a despuntar, afloró en el momento crítico.
Fue un parcial de 3-0 con dos roturas para rubricar la remontada y amarrar así la victoria (6-4). Fue el broche a un despliegue kilométrico de Mapi y a una respuesta determinante de Majo. Fue un triunfo para levantar el primer título del curso, el primero tras 302 días de sequía.
El abrazo de las dos hermanas fue la celebración de un renacimiento.
