Alcanzada la mitad de la temporada World Padel Tour 2019, llega el turno de hacer balance de lo vivido hasta ahora en el circuito profesional de pádel masculino.
El curso comenzó con notables movimientos de parejas pero, medio año después, se han vuelto a barajar las cartas en busca de mejores resultados (aunque algunos cambios son directamente consecuencia de otros).
¿Qué ha sido lo mejor de este primer tramo del curso? ¿Quiénes han destacado? ¿Qué ha sido lo peor? ¿De quiénes se esperaba más?
Cara: lo mejor hasta ahora
Si la temporada 2019 terminase ahora, más allá del ranking, ¿quiénes serían protagonistas en positivo del año?
Paquito Navarro y Juan Lebrón, indiscutibles
No hay duda. La pareja española es la gran protagonista de la primera mitad de la temporada 2019 de World Padel Tour.
Su impacto en la competición ha sido tremendo. Paquito Navarro y Juan Lebrón han marcado el paso en estos primeros cuatro meses de curso, los que llevan compitiendo juntos.
Nadie ha ganado más y, por momentos, nadie ha jugado mejor. Su estilo atrevido, eléctrico, muy emocional, ha conectado con la grada desde el primer instante hasta generar una alianza que se repite casi en cada escenario.
Se les resistió el título al comienzo pero a la tercera consiguieron estrenar su palmarés. Hoy suman ya cuatro entorchados (Alicante, Jaén, Valladolid y Suecia), tres de ellos conseguidos en pistas outdoor. Han estado presentes en 7 de las 9 finales disputadas y sólo en una ocasión no pudieron cruzar los cuartos de final (en el episodio de La Rural, en Buenos Aires).
Han ganado 31 de los 36 partidos disputados y, desde la segunda plaza del ranking, amenazan claramente a los números 1. Son, desde luego, un motivo crucial en la ruptura de Fernando Belasteguin y Pablo Lima al derrotarles de manera consecutiva en los cinco primeros torneos del año (la última especialmente dolorosa en Jaén).
Con el maestro Ramiro Choya al mando, los andaluces han mostrado una enorme capacidad mental para superar los momentos complicados, justo aquello que se intuía a priori como una posible debilidad de la pareja.
En el juego, Lebrón ha asombrado con su despliegue infinito desde la derecha (posición que no ocupaba desde hacía varios años) y su capacidad para resultar determinante, mientras que Paquito ha cedido espacio, ha exhibido una madurez espléndida y se ha acabado erigiendo como el líder emocional de la dupla.
El despegue tardío de Alejandro Galán y Juani Mieres
Alejandro Galán y Juani Mieres han ido de menos a más en esta primera mitad del curso 2019. Y justo cuando lograron acoplarse, rompieron su alianza.
El madrileño terminó el año pasado su proyecto con Matías Díaz y se unió a Juani Mieres para afrontar esta temporada. Pero les ha costado combinarse.
Comenzaron como pareja 4 del ranking y han estado a punto de ceder esa plaza en manos de Matías Díaz y Franco Stupaczuk.
Salvo las semifinales que hicieron en Marbella (no disputaron los cuartos por la lesión de Javi Ruiz), durante cuatro torneos no pasaron de cuartos de final (en dos de ellos se fueron en el debut de octavos).
En ese periodo mostraron una irregularidad preocupante que alternaba tramos de buen juego con descensos estrepitosos de rendimiento. La agitación de Galán, por momentos, generaba un caos que su compañero no alcanzaba a leer y él mismo acababa siendo víctima de su propio despliegue. Mieres, por su parte, tampoco era capaz de darle poso al juego.
Dos ejemplos concretos explican bien este errático inicio. En Logroño, segundo torneo del año, se estrenaban en octavos ante Lijó y Belluati. Comenzaron ganando el primer set Ale y Juani pero acabaron perdiendo en el tercer acto (3-6, 6-2 y 6-4).
En la tercera prueba, Alicante, el destrozo fue aún peor. De nuevo en su estreno, comenzaron arrollando a sus rivales con un parcial de 5-0. Todo parecía ir fenomenal contra Juan Manuel Restivo y Diego Ramos pero el hundimiento de Galán y Mieres fue tremendo. Encajaron un parcial de 8-0 que les llevó a peder ese primer set que tenían casi ganado. Acabaron perdiendo el partido (7-5, 3-6 y 6-3).
Todo cambió, sin embargo, a partir de Jaén. La ruptura de Bela y Lima propició la llamada del brasileño que eligió a Galán como nuevo compañero aunque aún tenía que esperar para el cambio.
Aquello tuvo un efecto liberador para el español y para su compañero. Ale y Juani protagonizaron una actuación sensacional en Buenos Aires y conquistaron el título (aunque ganaron la final por la retirada de Bela tras sufrir una grave lesión).
Confirmaron en Valladolid su crecimiento alcanzando de nuevo la final y poniendo contra las cuerdas a Paquito y Lebrón en un duelo fabuloso. Y en Suecia cayeron en semis, otra vez contra los andaluces.
La mejoría de Galán es evidente. Ha recuperado su mejor versión, la del jugador imponente que hace pequeña la pista, resulta temible en la red y decisivo con el remate.
En Valencia, en su estreno con su nuevo compañero, Pablo Lima, conquistó su segundo título de la temporada y confirmó que aspira a todo.
El cambio es evidente. Desde Buenos Aires, el jugador español suma dos títulos, una final y una semifinal. No hay otro jugador que en estos cuatro torneos tenga mejores registros.
Mati y Stupa, pese a las lesiones
La dupla argentina generó notables expectativas cuando se formó para esta temporada. Por momentos, ha confirmado su potencial aunque las lesiones la han lastrado.
Matías Díaz y Franco Stupaczuk comenzaron el año en el Master de Marbella con una derrota sonada en el estreno. Perdieron ante Silingo y Allemandi en primera ronda (6-3, 6-7 y 6-3). The Warrior compareció con problemas físicos que le apartaron de la competición en Logroño y le obligaron a ir con cautela.
También Stupa ha tenido que retirarse de una competición por lesión. Fue en los octavos de Valladolid.
Pese a estas incidencias, la progresión de pareja de Carlos Pozzoni va en ascenso. Han firmado tres semifinales y han disputado una final, en Suecia, en la que exigieron mucho a Paquito y Lebrón.
Si bien, en Valencia, tropezaron inesperadamente en primera ronda (6-3 y 7-6 contra Jardim y Perino, pareja de previa), ahora llega Mijas, un territorio de gran recuerdo para Stupa (allí ganó su primer título grande de World Padel Tour). Habrá que comprobar si el traspié fue un accidente y su crecimiento se mantiene.
La temible emboscada de Chingotto y Tello
Es la gran paradoja de lo que llevamos de temporada. El ranking les sitúa en la novena plaza pero su juego, en cambio, apunta mucho más arriba. Fede Chingotto y Juan Tello es la pareja-trampa, la dupla a la que ninguno de los favoritos quiere en su lado del cuadro.
Pese a estar fuera del top 8 (de momento), han logrado ya firmar 2 semifinales (en Logroño y Alicante) y 4 cuartos de final.
Para comprender bien estos resultados y valorar la peligrosidad de la pareja, hay que repasar algunas de sus ilustres víctimas de este año: los números 1, Maxi Sánchez y Sanyo Gutiérrez (en octavos de Alicante); Miguel Lamperti y Lucho Capra (en octavos de Logroño); Juan Martín Díaz y Agustín Tapia (en primera ronda de Vigo); Javi Ruiz y Uri Botello (en octavos de Valencia); Ramiro Moyano y Cristian Gutiérrez (en octavos de Jaén); o Agustín Gómez Silingo y Tito Allemandi (en primera ronda de Valladolid).
Los argentinos, además, incluso en la derrota, han hecho grandes partidos. El ejemplo más reciente lo ofrecen los cuartos de Valencia y ese duelo dramático contra Paquito y Lebrón que se les escapó sin comprender cómo (tuvieron 5-2 a favor en el tie break del tercer set). Pero también apretaron de lo lindo a Bela y Lima en cuartos de Jaén (7-5 y 6-4).
El Gato Tello y su compañero Chingotto van lanzados a por una plaza de acceso al Master Final. Juego tienen de sobra para conseguirlo.
Garrido y Di Nenno: una insolente irrupción
Ni Javi Garrido ni Martín Di Nenno son dos desconocidos por jóvenes que sean. El cordobés, a sus 18 años, es una de las promesas más importantes del pádel español. El de Ezeiza, con 22 años, es un fabuloso exponente de la cantera argentina, integrante de los deslumbrantes Superpibes con Franco Stupaczuk.
Se unieron de cara a la temporada 2019 y su progresión está siendo meteórica. Garrido y Di Nenno no están siquiera en el Top 15 del ranking World Padel Tour pero exhiben en esta primera mitad de curso una semifinal y unos cuartos de final.
La pareja hispano-argentina comenzó el año en previa y, desde Valladolid, ya tiene conquistada su pole en el cuadro de favoritos.
Su momento estelar llegó en el Open de Alicante cuando, tras cinco partidos, alcanzaron las semifinales. Se midieron a Bela y Lima en el penúltimo peldaño de la competición y brindaron una actuación sublime que les sostuvo hasta el tercer set. Hasta sus rivales reconocieron su extraordinario mérito.
Han ganado 16 de los 25 partidos que han disputado. Partiendo desde la previa, han alcanzado el cuadro final en tres de seis intentos. Y desde que ya parten del cuadro de favoritos, siempre han superado la primera ronda; incluso, como en Valencia, han alcanzado los cuartos de final.
El vértigo incontenible de Javi Garrido ha mezclado bien con el manejo templado de Di Nenno a quien el pádel, la vida, le ha concedido una revancha, tras las graves lesiones que sufrió en el fatal accidente en el que perdió la vida Elías Estrella.
La revancha de Silingo y Allemandi
Pese a que no han sido pareja 8 hasta el último torneo, Adrián Allemandi y Agustín Gómez Silingo han mostrado un estupendo rendimiento en este primer periodo del año.
Los argentinos han retomado su unión con grandes sensaciones. La Bestia, pasado el calvario de su lesión en el hombro, se ha reinventado. A su intimidante potencia le ha añadido robustez y atrevimiento. A su lado, el de Neuquén, siempre fiable, encuentra el sostén necesario para desplegar su juego.
Es una pareja muy incómoda para sus rivales que, poco a poco, comienza a encontrar resultados. De momento, llevan cuatro cuartos de final (Marbella, Vigo, Buenos Aires y Suecia) y, sobre todo, la final de Valencia en la que se quedaron a un paso del triunfo ante Ale Galán y Pablo Lima.
Su progresión les ha llevado ya a ocupar la séptima plaza del ranking desbancando a Cristian Gutiérrez y Lucho Capra. El objetivo es el Master Final.
Adrián Blanco y Javi Martínez: algo más que una campanada
Otro caso digno de mención en esta primera parte del WPT 2019 es el de Adrián Blanco y Javi Martínez. La pareja española arrancó la temporada en la previa como cabezas de serie número cuatro y, desde Valladolid, ya tiene plaza entre los favoritos.
En total, de los 7 torneos en los que partieron de la preliminar, el orensano y el vallisoletano alcanzaron la última fase de la competición, la de los mejores, en cuatro ocasiones.
Blanco y Martínez son, además, los protagonistas de una de las grandes campanadas de esta primera mitad de curso. En Suecia amargaron el debut de los números 1, Maxi Sánchez y Sanyo Gutiérrez, al derrotarles en octavos de final en dos sets (6-3 y 7-6).
El silencioso ascenso de Toni Bueno y Rubén Rivera
Alejados de los focos, también, los catalanes Toni Bueno y Rubén Rivera han firmado un sensacional inicio de temporada.
Bueno no compareció en los dos primeros torneos del año en los que Rivera formó junto a Borja Yribarren.
A partir de Alicante, volvieron a unir sus caminos y, desde entonces, han disputado juntos siete pruebas. En todas han partido de la previa y en cuatro de ellas, todas consecutivas, han alcanzado el cuadro principal. Y no sólo eso. Los barceloneses tienen dos octavos de final en la fase de favoritos (en Valladolid y en Suecia).
En Valencia, sin embargo, no pudieron escapar de la fase preliminar.
Cruz: lo peor hasta ahora
En esta primera parte de la temporada, sin embargo, ha habido aspectos negativos.
Lesiones de Bela y Juan Martín
Sin duda, las ausencias de Fernando Belasteguin y Juan Martín Díaz por lesión son las dos peores noticias de lo que llevamos de curso.
Las bajas de estos dos mitos son un mazazo para la competición.
El primero en caer fue El Galleguito. El golpe fue tremendo. Su unión con la perla argentina Agustín Tapia había despertado unas expectativas que se confirmaron en el primer torneo de la temporada.
La puesta en escena de los argentinos en Marbella resultó brillante y, pese a la derrota contra Bela y Lima (cómo sufrieron éstos), el público acabó rendido Tapia y JMD.
En la segunda prueba del año, el optimismo saltó por los aires. El mago de Drop Shot se resintió de su rodilla derecha, de la que ya había sido operado, en el enfrentamiento de cuartos de final del Logroño Open contra Paquito y Lebrón. El percance se convirtió pronto en drama. Juan Martín ya no pudo disputar el Open de Vigo. Trató de probarse en Jaén (llegó a jugar la primera ronda) pero la lesión era un hecho.
El zurdo volvió a pasar por el quirófano y dijo adiós a la temporada. Su regreso es una incógnita.
Menos gravedad reviste la lesión de Fernando Belasteguin pero sí lo tiene la suficiente como para tenerle fuera de juego durante semanas. De momento, ya lleva un mes y medio alejado de las pistas desde que en la final del Master de Buenos Aires sufriera una rotura en el soleo que le obligó a retirarse del partido por el título.
Aquel incidente sirvió de improvisada despedida de la pareja Bela – Lima que no pudo disputar los dos torneos que aún tenían por delante antes del Open de Valencia en el que cada uno debutaría con su nuevo compañero.
La lesión que sufre Bela es fastidiosa y su recuperación requiere paciencia aunque pronto estará de nuevo en las pistas para iniciar proyecto con el joven Agustín Tapia.
El hundimiento de Maxi y Sanyo
Por estadística, no deberían estar ubicados en esta sección. Tras una temporada brillante, los números uno comenzaron 2019 de la mejor manera. Tres títulos en las primeras cuatro pruebas mostraron la mejor versión de Maxi Sánchez y Sanyo Gutiérrez. Dominadores sin discusión en el arranque, los únicos capaces de poner freno al emergente empuje de Paquito y Lebrón.
Sin embargo, de pronto frenaron en seco. Su última conquista fue el Open de Vigo. A partir de ahí fueron a menos. Cayeron en la final de Jaén y no superaron las semis de Buenos Aires. La caída se acentuó. En Valladolid tropezaron en cuartos y en las dos últimas pruebas ni siquiera pasaron del estreno.
Su hundimiento ha sido notable. Empezaron cayendo ante parejas como Paquito y Lebrón, Chingotto y Tello o Galán y Mieres; y han acabado siendo presa de duplas de gran talento pero de menor ranking como Ale Ruiz y Martín Sánchez Piñeiro; Adrián Blanco y Javi Martínez o Nacho Gadea y Agustín Tapia.
La crisis es más que una realidad y su solución, por ahora, incierta. De momento, ya se ha cobrado dos piezas: los entrenadores Nito Brea y Gustavo Pratto. Pero la reacción no ha llegado.
Mijas se antoja como una prueba decisiva para ver el futuro de la pareja argentina que gobernó el circuito hace apenas un año.
Ilustres que no despegan
La primera parte de la temporada no ha sido positiva para algunos referentes ilustres del pádel. Nombres históricos como Miguel Lamperti, Cristian Gutiérrez, Seba Nerone o Maxi Grabiel, entre otros, no han rendido como esperaban.
El Canoso es un claro ejemplo de ello. El bahiense ha disputado con Lucho Capra un total de 8 torneos y aunque en seis de ellos ha estado presente en los cuartos de final, no ha podido superar esta ronda aún (en 2018 sumaba dos semifinales en los primeros cinco torneos de la temporada).
La ruptura de Galán y Mieres le ha llevado a volver a encontrarse con El Hispano pero su primera prueba, en Valencia, ha sido un fiasco, con una eliminación en el debut a manos de Javi Garrido y Martín Di Nenno.
Otro veterano que no acaba de cogerle el ritmo a la temporada es Cristian Gutiérrez. Comenzó el año junto a Ramiro Moyano como pareja 8 pero la irregularidad marcó su rendimiento. En los 8 torneos que disputaron, sólo alcanzaron los cuartos de final en dos ocasiones.
Al final decidieron separar sus caminos. Cristian, en Valencia, inició un nuevo proyecto junto a Lucho Capra y, de momento, aunque cayeron con claridad ante Tapia y Gadea, ya ha conseguido hacer cuartos de final.
Seba Nerone es otro de los clásicos al que no le ha ido del todo bien el inicio de curso. Comenzó con buenas sensaciones en Marbella junto a Álvaro Cepero (pese a la lesión de éste) con quien ha firmado cuatro octavos de final en 7 torneos. Sin embargo, desde Valladolid, no ha podido jugar ninguna prueba por una lesión.
La retirada de Gaby Reca
El adiós de Gaby Reca es otra de las noticias negativas que nos deja esta mitad de temporada 2019. A sus 45 años de edad, el bonaerense no encontró compañero para formar un proyecto para este curso y, ante la petición de Lamperti y Mieres de que les dirigiera desde el banco, decidió anunciar su retirada como jugador profesional.
Con un palmarés envidiable, esta mitad de Los Míticos deja una carrera brillante y una huella imborrable en la historia de este deporte.
El infortunio de ‘El Elegido’ Tapia
La mala suerte parece perseguir al catamarqueño Agustín Tapia, un joven jugador de apenas 20 años al que el mundo del pádel señala como uno de los de grandes pese a su incipiente carrero.
En 2018, su primera temporada en World Padel Tour, fue baja por lesión durante 4 meses. En los dieciseisavos del Challenger de Cabrera del Mar, hace justo un año, sufrió una torcedora de tobillo que le provocó una rotura parcial del quinto metatarsiano del pie izquierdo.
El percance le obligó a pasar por quirófano. No volvió a las pistas hasta noviembre cuando reapareció en el Challenger de Arroyo de la Encomienda (en el que, por cierto, hizo semis junto a Denis Perino).
Pese a la fatalidad, el argentino pasó de jugar con Marcello Jardim el pasado año a ser elegido por Juan Martín Díaz para la temporada 2019. El proyecto, sin embargo, se truncó de primeras por la lesión de El Galleguito.
Se produjo, entonces, la ruptura de Bela y Lima y el de Pehuajó puso sus ojos en Tapia. Otro mito le señalaba. Entonces se lesionó Belasteguin con quien aún no ha llegado ni a debutar.
Entre su lesión y las de sus compañeros, aún no ha llegado a disputar una temporada completa en la élite. Sin embargo, las expectativas en torno a su potencial son cada vez mayores.
En esta primera mitad de temporada, ya ha conseguido colarse en unas semifinales. Lo hizo en Valencia junto a Nacho Gadea, a quien apenas conocía.
El pádel espera a la perla argentina de Catamarca.
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